Abordaje de la gestante infectada por el virus Zika: revisión bibliográfica
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Date
2019-01-17Author
García Fernández, Cristina
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[ES] El virus del Zika es un virus ADN monocatenario perteneciente a la familia de los Flavivirus, aislado en el ser humano por primera vez en el año 1954. El principal mecanismo de transmisión se produce mediante la picadura de los mosquitos Aedes Aegypti y Albopictus, en los países o regiones tropicales, aunque hay otras formas de transmisión posibles como son la vía sexual y la perinatal.
La sintomatología solo se manifiesta en el 25 % de los infectados, y en general es de carácter leve y autolimitado; sin embargo, durante la gestación, la infección por Zika cobra especial relevancia, ya que a raíz de los últimos brotes surgidos en Brasil en 2016, se han detectado graves malformaciones en los recién nacidos.
Las malformaciones fetales producidas por el Zika son numerosas y se engloban dentro del término Síndrome Fetal Congénito, donde la microcefalia constituye el extremo más grave y visible de este síndrome, pero al que también se asocian alteraciones de la visión, audición y desarrollo fetal. Los mecanismos por los cuales el zika produce infección durante el embarazo no son bien conocidos, pero parece ser que el trofoblasto y sus receptores juegan un papel fundamental en la infección fetal.
Si bien, en la actualidad no existe ningún tratamiento antiviral ni vacuna que pueda evitar la infección, se considera necesario, conocer cuáles son las recomendaciones a seguir en las gestantes que hayan viajado a un área con transmisión activa del virus, o que hayan estado en contacto con el mismo. Por tanto, los objetivos principales de esta revisión es conocer cuáles son los efectos producidos por el virus en el las gestantes y cuál es el abordaje que sugiere la evidencia en el caso de infección confirmada por Zika durante la gestación. Tras los resultados obtenidos, se llega a la conclusión de que la asociación entre el Zika y las graves malformaciones encontradas en fetos de gestantes infectadas, cada vez cobra más fuerza. Por lo que, es fundamental el correcto diagnóstico de infección en la gestante, basado en la realización de una RT-PCR y serología. En el caso de infección activa, la evidencia recomienda la realización de ecografías y neurosonografías seriadas cada 2-3 semanas durante el embarazo, puesto que el riesgo de malformaciones, abortos y muerte intrauterina se mantiene durante toda la gestación.
Idioma:castellano