Factores estresantes vividos por los progenitores de niños con autismo
Abstract
El autismo es uno de los trastornos del desarrollo que se caracteriza por comportamientos repetitivos y restrictivos, además de dificultades en las interacciones sociales. Se estima que, a nivel mundial, 1 de cada 160 niños es diagnosticado de TEA y en Euskadi, la prevalencia de esta discapacidad es de 15.000 personas. Por la complejidad de la discapacidad, tanto los niños autistas como su entorno más
cercano sufren elevados niveles de estrés y ansiedad. En gran parte de los casos, los
cuidadores principales son los progenitores, en su mayoría, las madres. Por lo tanto, este
trabajo busca identificar aquellos factores que incrementan los niveles de estrés de los
progenitores de niños con autismo a partir de la lectura crítica de la evidencia más
actualizada. Debido a la variabilidad de la sintomatología presentada por los niños
autistas, los progenitores se ven sometidos a multitud de estresores que varían de unos
casos a otros y con el transcurso de los años. Sin embargo, existen factores estresantes
comunes entre los progenitores que, de ser detectados a tiempo, pueden disminuir la
experiencia estresante y favorecer un clima óptimo para el desarrollo del niño. El
incremento de la incidencia del autismo en las últimas décadas sugiere la necesidad de
invertir en la investigación de la propia discapacidad y sus consecuencias. Se identificaron como factores estresantes la sintomatología del niño, la
necesidad de reestructurar las rutinas familiares, la falta de apoyo percibida y el estigma
al que se veían sometidos tras el diagnóstico. Debido a la variabilidad de la sintomatología presentada por los niños autistas, los progenitores se ven sometidos a multitud de estresores que varían de unos casos a otros y con el transcurso de los años. Sin embargo, existen factores estresantes comunes entre los progenitores que, de ser detectados a tiempo, pueden disminuir la experiencia estresante y favorecer un clima óptimo para el desarrollo del niño. El incremento de la incidencia del autismo en las últimas décadas sugiere la necesidad de invertir en la investigación de la propia discapacidad y sus consecuencias.