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dc.contributor.advisorRuzafa Ortega, Rafael
dc.contributor.authorVillar Ocejo, Andrea
dc.contributor.otherF. LETRAS
dc.contributor.otherLETREN F.
dc.date.accessioned2024-05-03T17:37:11Z
dc.date.available2024-05-03T17:37:11Z
dc.date.issued2024-05-03
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/10810/67483
dc.description31 p. -- Bibliogr.: p. 30-31
dc.description.abstract[ES] La era victoriana (1837-1901) supuso el momento de mayor esplendor para el imperio británico. Mediante su dominio industrial y naval, los británicos conformaron el imperio con mayor expansión territorial y comercial, arribando a territorios como Hong Kong. Esta ocupación significó un puente entre el comercio británico y asiático que paralelamente a la dinámica explotación del comercio del opio se convirtió en la sede británica para el intercambio comercial con Extremo Oriente. Llegaron a Hong Kong, bautizado como Victoria en honor a la reina, en el año 1842. Desde el principio se percibió como una ciudad dual en la que las comunidades china y británica no debían mezclarse. Para lograrlo crearon un sistema jurídico que dio base legal a una supuesta superioridad de la raza blanca. El trato que recibieron los chinos en la mayoría de ocasiones fue discriminatorio, además de racialmente provocado en la concepción europea de los chinos como individuos sucios y ruidosos. Esta misma concepción se llevó al ámbito de lo higiénico-sanitario, un tema en auge en el siglo XIX. Los británicos responsabilizaron a los chinos de la higiene de la ciudad y llegaron a denominarlos a ellos y a sus hogares como “amenazas para la salud pública”. En varias ocasiones las autoridades coloniales intentaron modificar tanto los hogares chinos como la ciudad misma en nombre de la salud pública. Podríamos decir que la ciudad se desarrolló a dos velocidades. Por un lado tenemos la rápida construcción de los edificios chinos, necesarios para albergar a la ingente cantidad de jornaleros chinos que llegaban anualmente. Eran unos edificios subdivididos, hacinados e inestables con una pésima salubridad. Por otro lado tenemos los edificios europeos unifamiliares, donde la preocupación por la higiene y la estética es más evidente. Los edificios se ubicaron en sus correspondientes distritos. Los más notorios eran Taipingshan (fuertemente atacado por epidemias como la plaga bubónica) para los chinos y The Peak para los británicos. El miedo hacia lo oriental que sentían los británicos les empujó a crear límites para evitar la mezcla entre razas, que creció con el paso de las décadas. Asimismo, intentaron llevar símbolos y estilos arquitectónicos europeos para imbuirse de un sentimiento de pertenencia al imperio. Idioma: Español.es_ES
dc.language.isospaes_ES
dc.rightsinfo:eu-repo/semantics/openAccess
dc.titleConvivencia, urbanismo y relaciones coloniales: Hong Kong en el siglo XIXes_ES
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/bachelorThesis
dc.date.updated2023-05-26T10:48:14Z
dc.language.rfc3066es
dc.rights.holder© 2023, la autora
dc.contributor.degreeGrado en Historia
dc.contributor.degreeHistoriako Gradua
dc.identifier.gaurregister130687-966825-09
dc.identifier.gaurassign144362-966825


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