Tengo derecho a decidir sobre mi vida

Abstract

Se plantea el derecho que ostenta una persona menor de edad y Testigo de Jehová, concretamente tiene 13 años, para que en el ejercicio legítimo de su libertad religiosa pueda decidir si va a aceptar una transfusión de sangre o no.

Estamos en presencia de un conflicto de intereses entre, el derecho que tienen los padres para negarse a que se practique la transfusión del sangre al menor, negativa que quedará superada una vez que se obtiene autorización judicial para que se practique la transfusión.

Destacar que a pesar de que los padres en un principio se negaban a que se realizará la transfusión de sangre a su hijo, adoptaron todas las medidas posibles para que se pudiera restablecer la salud del menor sin realizar la transfusión. Es por ello que llevaron al menor a distintos centros sanitarios a pesar de lo cual en todos ellos se les informaba que no existía otro sistema alternativo de sanación que no fuera la transfusión.

Es determinante, también, la posición que adopta el personal sanitario del centro en el que es ingresado en un primer momento el menor. Tras la negativa de los padres a que se realice la transfusión acuden al Juez para que autorice la misma. Es más, se niegan a dar el alta voluntaria que solicitan los padres en un primer momento. Importante también la decisión que adopta el personal sanitario de no proceder a la transfusión una vez de que reciben la autorización judicial.

Entienden que si proceden a la misma pueden poner en peligro la salud y la vida del menor.

El caso se plantea en Jaca el año 1994 tras un accidente que sufre Marcos, un niño de 13 años.