Dominación, exclusión y pérdida de identidad en Haití. Una mirada histórica desde la perspectiva étnica, lingüística y religiosa (1697-1915)
Fecha
2019-05-10Autor
Pierre Loriston, Louis-Jean
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Mostrar el registro completo del ítemResumen
La investigación parte del supuesto de que las bases políticas y culturales de la dominación, que se han plasmado en las prácticas políticas, sociales y educativas de Haití, hunden sus raíces en elementos de la institución de la sociedad como son los imaginarios sociales de la religión, lengua y raza. Así, se formula como pregunta principal de la presente tesis doctoral: ¿Cuáles son las prácticas de dominación política, educativa y religiosa que crearon las condiciones de dominación, exclusión y pérdida de identidad en Haití en el periodo 1697-1915? Este estudio, de carácter histórico-interpretativo, nos ubica en las ciencias sociales y, más concretamente, en una nueva perspectiva histórica que da relevancia a la teoría de los imaginarios sociales como aspecto fundamental para comprender los procesos de construcción socio-histórica de los grupos sociales. Por lo tanto, desde los postulados de Cornelius Castoriadis (2007), se ha buscado interpretar la lógica identitaria a través de la cual la sociedad haitiana ha instituido sus formas de ser y de hacer, que han llevado a la configuración de la exclusión, la desigualdad y la pérdida de identidad. Se une a estos aspectos, el discurso de la descolonización a fin de mostrar cómo ese discurso ha instaurado las formas sociales existentes en el país, lo cual ha hecho necesario conceptualizar las categorías de religión, raza y lengua, para mostrar cómo se instalan estas categorías en el devenir de la sociedad haitiana. Metodológicamente, se trata de una investigación de carácter documental para la cual se han revisado diferentes fuentes documentales, las cuales se han sistematizado a partir de RAES. Con ello se ha construido una historiografía de la exclusión y la desigualdad en Haití, pero también se han ubicado los imaginarios de raza, lengua y religión que han predominado y se han instituido en la cultura del pueblo haitiano. El imaginario social del racismo que se configura en el país es un magma de significaciones imaginarias que están centrados en el color de la piel, lo que marca definitivamente la raza como un elemento de discriminación y de dominación en Haití. La raza es, igualmente, asociada a la descendencia y al poder económico y político. En este sentido, la exclusión racial se instaura desde la colonia, con el poderoso imaginario social occidental de la raza blanca, como raza superior, mientras que los indígenas y los negros traídos en condición de esclavos son tratados como razas inferiores. A lo cual se suma una amalgama de sentimientos, imágenes, representaciones, deseos religiosos y educativos en los cuales estas ¿razas salvajes¿ deben ser evangelizados y aculturados para ser salvados. Por otra parte, la religión es un fuerte vector de exclusión y dominación en lo referente a las prácticas políticas y al poder. Ese proceso se da en toda la región desde la colonización, en tanto que, para poder dominar, la corona utiliza la religión y su doctrina como herramienta de sumisión. Desde esta perspectiva, durante la colonización, el Vudú, como religión ancestral, es considerado como algo que hay que reemplazar por medio de la evangelización que se materializa en el bautismo. Ahora bien, después de la Independencia, el Vudú sigue siendo rechazado y se considera que debe ser erradicado, dado que los nuevos líderes están en búsqueda del reconocimiento internacional de la nueva nación y el Vudú es considerado como una tradición que genera retraso y está fuera de la civilización. Para finalizar, el estudio muestra cómo, desde elementos que son constitutivos de la sociedad tales como la religión, la raza y la lengua, las élites haitianas establecen una hegemonía que perpetua la agenda colonial y no han permitido emerger alternativas políticas y organizativas del mundo social. Con lo cual, desde el inicio del país como nación libre, se establecen por parte de las élites, las condiciones para que, en la actualidad, sea uno de los países más pobres de América Latina y donde la democracia, como forma de organización sociopolítica, no ha podido consolidarse.