Sistematización del tratamiento del pectus excavatum y carinatum
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Fecha
2024-06-25Autor
Arribalzaga Regalado, Jone
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Mostrar el registro completo del ítemResumen
[ES] La patología de la pared torácica incluye un variado abanico de patologías:
malformaciones, traumatismos, tumores, … De la patología malformativa, son el
pectus excavatum y el pectus carinatum las patologías más comunes, representando
el 90% de los casos.
El diagnóstico de malformaciones torácicas como el pectus excavatum y carinatum
requiere una anamnesis completa, indagando antecedentes familiares y personales, y
considerando la presencia de síndromes genéticos. La evaluación física incluye la
inspección y medidas antropométricas del tórax. Los síntomas pueden incluir
problemas respiratorios, cardíacos y psicológicos, y resulta muy importante
considerar el impacto psicosocial en la decisión de tratamiento. La evaluación
imagenológica se puede realizar mediante radiografías simples, pero la tomografía
computarizada (TAC) del tórax con reconstrucción 3D es considerada el estándar
actual para la planificación quirúrgica. Se pueden utilizar varios índices para
cuantificar la gravedad de la deformidad, siendo el principal el índice de Haller, pero
su correlación con el impacto clínico no está claramente establecida.
Los tratamientos del pectus excavatum incluyen opciones ortopédicas, como la
campana de vacío, y quirúrgicas, existiendo diferentes técnicas. La técnica de
Ravitch (1949) es la precursora de las técnicas quirúrgicas abiertas. Más tarde, en el
año 1998, surge la técnica de Nuss, que es considerada la técnica mínimamente
invasiva más asentada. La elección del tratamiento depende de la edad y gravedad de
la deformidad. El tratamiento del pectus carinatum se divide en abordajes
quirúrgicos y ortopédicos, siendo estos últimos más relevantes, a diferencia del
excavatum donde los tratamientos ortopédicos no se encuentran bien asentados y por
tanto no sustituyen a los abordajes quirúrgicos. En el pectus carinatum se utilizan
ortesis dinámicas o corsés de compresión estática con resultados favorables, en
donde el seguimiento juega un papel muy importante. La cirugía se reserva para
casos seleccionados donde no ha funcionado el tratamiento ortopédico o no se
encuentra indicado. En todos los pacientes de pectus la elección del tratamiento debe
ser individualizada.
Aunque la mayoría de los pacientes no vayan a requerir tratamiento quirúrgico,
cuando éste se lleva a cabo se obtienen buenos resultados, mejorando la imagen
corporal y calidad de vida de los pacientes. La satisfacción general de los pacientes
con los resultados de la cirugía es alta independientemente de la técnica utilizada.
Los estudios sobre función pulmonar y cardíaca tras el tratamiento quirúrgico no
muestran modificaciones significativas en este sentido a largo plazo.