Curación de la infección por VIH
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Date
2024-10-17Author
García Ruiz, Aitor
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El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), un retrovirus que ataca el sistema inmune, continúa siendo una grave amenaza para la salud pública mundial, causando innumerables infecciones y muertes desde su descubrimiento en 1983. Aunque la terapia antirretroviral (TAR) ha logrado controlar la carga viral plasmática (CVP) y mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes, no consigue eliminar el virus de todas las células infectadas. Durante la replicación viral, la transcriptasa inversa convierte el ARN viral en ADN proviral, permitiendo la integración del provirus en el genoma de los LTCD4+, donde persiste indefinidamente, conformando los reservorios de latencia viral (RLV), la principal barrera para curar la infección por VIH. La modificación epigenética y la modulación de ciertos factores de transcripción y moléculas de señalización son algunos de los mecanismos implicados en el establecimiento de los RLV. Estos reservorios son complejos a nivel anatómico, por los diversos órganos y tejidos implicados; a nivel celular, por la infección de todos los tipos de LTCD4+, principalmente los LTCD4+ memoria en reposo; y a nivel molecular, por la capacidad del VIH de pasar de un estado latente a la transcripción activa. Actualmente, se investigan varias estrategias con el fin de alcanzar la curación funcional de la infección, es decir, mantener la CVP a niveles muy bajos en ausencia de TAR. Concretamente, el trasplante alogénico de células madre hematopoyéticas (TACMH) con la deleción homocigótica del par de bases 32 en el gen CCR5 (CCR5Δ32/Δ32) consiguió la curación de cinco personas. Sin embargo, esta técnica no es escalable debido a la alta morbimortalidad que presenta. Otras estrategias terapéuticas para abordar los RLV incluyen el inicio temprano de la TAR, el shock and kill, el block and lock, métodos inmunológicos (modificación de la inmunidad innata celular, bloqueo de los puntos de control inmunológico, vacunas terapéuticas, anticuerpos ampliamente neutralizantes, linfocitos T modificados genéticamente con receptores de antígenos quiméricos) y la terapia génica (CRISPR/Cas9). Ninguna de ellas ha reducido de manera individual el tamaño de los RLV de forma significativa, lo que indica que la combinación de estrategias dirigidas a diferentes dianas pueda ser la opción más prometedora para alcanzar una cura. En general, es de esperar que futuros estudios nos acerquen a la consecución de una cura para la infección por VIH que pueda ayudar a millones de personas en todo el mundo.