Redes de poder de los vascos en la corte de Felipe V
Laburpena
[ES] Con el advenimiento al trono español de la dinastía de los Borbones se produjo una importante renovación de las elites gobernantes de la Monarquía. Felipe V, que deseaba llevar a cabo una política sin presiones de los poderosos del reino, alejó a buena parte de la alta nobleza castellana, que tradicionalmente había sido destinada para ocupar los altos espacios de decisión, para elevar a hombres nuevos, que no poseían un peso político propio, reformando poderosamente el reparto del poder. Fue entonces cuando el rey se apoyó esencialmente en foráneos (franceses, italianos, irlandeses, flamencos), en la minoría de las familias de la Corona de Aragón fieles la causa felipista durante la guerra de Sucesión y en hombres provenientes de la periferia de la Península (“norteños”), compuesta por asturianos, montañeses de Santander y del norte de Burgos, vascos, navarros, riojanos y sorianos. En esta dinámica destacaron espacialmente los vascos y navarros, que se situaron fuertemente en los diferentes espacios de poder (las casas reales, en las finanzas, en los Consejos de Su Majestad, en las guardias reales o en las secretarías del Despacho) y extendieron sus redes de poder a diferentes ámbitos de la Monarquía.