Resumen
Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, algunos Estados han hecho uso de sus fuerzas militares para reprimir militarmente las expresiones más graves del terrorismo internacional. A tenor de la prohibición del uso de la fuerza en las relaciones internacionales, los Estados han justificado la licitud de estas acciones aludiendo a la existencia de títulos jurídicos de intervención que, si atendemos a la práctica internacional, en algunos casos han invocado conjuntamente. Nos estamos refiriendo a una interpretación del derecho a la legítima defensa en la que cabría hacer frente a los ataques armados de organizaciones terroristas, la autorización del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (en adelante Consejo de Seguridad) y la solicitud de asistencia militar o intervención por invitación.